martes, 29 de enero de 2013

¡Se sufre siendo Orondo!


Cuando su madre llegó a la casa con un paquete de sándwiches de miga, Orondo soñó encontrar la luz.
Todo el fin de semana alimentado a base de ensaladas y caminatas lo estaban aniquilando. Esta era una oportunidad de sobrevivencia. “Una luz en el fondo del pasillo a las 4 de la mañana, más o menos” imaginó.
Ella corrió a… repasar el Teorema de Pitágoras. Orondo sigilosamente se acercó al paquete estacionado en el pasillo, junto a la puerta entreabierta del baño.
En el momento justo que la mujer emitía el interminable suspiro de alivio  comenzó a despegar la cinta de un extremo, como cuando queremos ver un regalo que estamos por entregar, de manera que al pegarlo nuevamente quede como nuevo.
-¡Ni se te ocurra! Son para llevar al cumpleaños de Martita –ladró sargenta del otro lado de la puerta.
La cinta del paquete volvió a su lugar.
El adolescente suspiró disconforme a escasos metros de las desagradables galletitas bajas calorías. “¿¿¡Qué sentido tiene llevar cosas ricas de regalo a un cumpleaños, donde está lleno de cosas ricas!??” pensó. “¡Viejas sangucheras…!”.
Se sufre siendo Orondo.


Bonus: Versión de la ilustración, continuada por mi hijita.

Banda de Sonido recomendada: "The Door", Corrosion Of Conformity.

3 comentarios:

  1. me lo dijo el doctor muy enserio, que de kilos estoy pasadito, no más grasas ni azúcar, ni harina, ni más golosinas que me hacen gordito =P
    Pobre Orondo!!!!!! eso no es vida!
    Digamos "NO" a llevar sandwichitos a eventos en los cuáles por su naturaleza ya van a ofrecer sandwichitos! (?)

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  2. M): Carajo! Orondo tiene mucha razón! Y mucho sandwich en su haber.
    J.A.G.): Depende, a veces va pa'ya y a veces... pa'ya! De ese sentido me decías?

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